Para Mirtha, que ya se ha ido No es solo tu bello rostro, Ni tu enigmática mirada, O tu sonrisa perlada, O tus manos de seda; Son tu corazón y tu alma buena, Que sin ello, nada me queda, Es la forma en que sonríes Cuando me dices te amo, Es la forma en que me miras Tras una larga ausencia, Es la forma en que me tocas Cuando entre sabanas nadamos.